La seguridad, la autoestima, la inteligencia emocional y la personalidad de los niños y niñas se encuentran íntimamente relacionados al vínculo afectivo que desarrollan con sus padres desde el momento del nacimiento y a lo largo de su vida. Este nexo garantiza fuerza, seguridad y bienestar físico y emocional en los hijos.
La construcción del estrecho vínculo de amor que une a los hijos con los padres es un proceso que inicia desde el nacimiento. Por años la excesiva intervención médica en el proceso del parto y del nacimiento limitó la relación de apego entre la madre y el bebé recién nacido. El modelo tradicional de atención del parto provocó que muchos médicos se alejaran de la fisiología natural, generado rutinas médicas que tuvieron como consecuencia limitar el papel de la madre y el bebé en el nacimiento y la posterior relación de apego entre los dos.
El apego materno inmediato es muy importante ya que es el inicio de la integración entre madre y bebé desde los primeros instantes de vida. Es un vínculo afectivo muy fuerte que surge durante el nacimiento pero que determinará el desarrollo del bebé a lo largo de su vida.
Durante el nacimiento el apego materno se logra mediante una técnica en la cual se coloca al bebé sobre entre los pechos de la madre, en contacto piel a piel, con la finalidad primordial de favorecer el vínculo emocional e iniciar la lactancia materna. Este apego se basa en la capacidad que tiene la madre y su hijo o hija de reconocerse mutuamente desde el primer instante de vida, generándole al bebé un sentimiento de tranquilidad y seguridad.
Permitir que la madre y su bebé logren establecer una relación de amor desde el primer instante en el que se conocen es la esencia del parto humanizado. El parto humanizado es aquel en donde la madre es la protagonista del nacimiento de su hijo o hija, todo bajo un ambiente seguro, tranquilo y privado para la madre y el bebé, y teniendo siempre presente que el nacimiento es un evento natural y fisiológico.
El apego materno es el inicio en la construcción de los lazos de amor y confianza entre la madre y el padre con sus hijos. El apego determinará la personalidad de los hijos, su forma de relacionarse con los demás y con todo lo que le rodea pero sobre todo influirá en como se ven a si mismos.
